Agresividad infantil


¿Qué entendemos por "agresividad infantil"?


Hablamos de agresividad cuando provocamos daño a una persona u objeto. La conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico.


En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente en forma directa ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones...) como verbal (insultos, palabrotas...).


Ejemplo: Luisa algunas veces dice palabrotas, pero únicamente cuando está delante de su madre. La madre de Luisa ha explicado a su hija con claridad, lo desagradable que es para ella oir esas palabras. ¿Qué harías tú si fueses su madre?.

En este caso lo que se deberia hacer es no hacerle caso cuando utiliza esas palabras, y se la prestas cuando no lo hace.

Pero también podemos encontrar agresividad indirecta, según la cual el niño agrede contra los objetos de la persona que ha originado el conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.


Posibles causas de esta conducta agresiva:


Normalmente cuando un niño emite una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Dicho conflicto puede resultar de:


1.-Problemas de relación social con otros niños o con los mayores, respecto de satisfacer los deseos del propio niño.


2.-Problemas con los adultos surgidos por no querer cumplir las órdenes que éstos le imponen.


3.-Problemas con adultos cuando éstos les castigan por haberse comportado inadecuadamente, o con otro niño cuando éste le agrede.


Sea cual sea el conflicto, el reaccionara dependiendo de su experiencia previa particular:


- El niño puede aprender a comportarse de forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o compañeros. Es lo que se llama Modelamiento.


- Cuando los padres castigan mediante violencia física o verbal se convierten para el niño en modelos de conductas agresivas.


- Cuando el niño vive rodeado de modelos agresivos, va adquiriendo conductas agresivas las cuales en su mayoria son dirigidas a aquellos que le rodean.


Por ejemplo, imaginemos dos niños, Luis y Miguel, de 6 y 4 años. 
Luis está jugando con una pelota tranquilamente hasta que irrumpe Miguel y empiezan a pelear o discutir por la pelota. Miguel grita y patalea porque quiere jugar con esa pelota que tiene Luis. Los padres se acercan, lamentandose del pobre Miguel, convencemos a Luis para que le deje la pelota a Miguel. Con ello hemos conseguido que Miguel aprenda a gritar y patalear cuando quiera conseguir algo de su hermano. Es decir, hemos reforzado positivamente la conducta agresiva de Miguel, lo cual garantiza que se repita la conducta en un futuro.



Factores influyentes en la conducta agresiva

Como ya hemos dicho, uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo. Uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia. Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se les someta. Es por ello que tanto un padre poco exigente como uno con actitudes hostiles que desaprueba constantemente al niño, fomentan el comportamiento agresivo en los niños.


Otro factor familiar influyente en la agresividad de los hijos es la incongruencia en el comportamiento de los padres. La cual se da cuando los padres desaprueban la agresión castigándola con su propia agresión física o amenazante hacia el niño. Asimismo se da incongruencia cuando una misma conducta unas veces es castigada y otras ignorada, o bien, cuando el padre regaña al niño pero la madre no lo hace.


Las relaciones deterioradas entre los propios padres provoca tensiones que pueden inducir al niño a comportarse de forma agresiva.


Dentro del factor sociocultural influirían tanto el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresividad "no seas un cobarde".


Procedimientos a utilizar para la modificación de la conducta:


Objetivo: Debilitar la conducta agresiva y reforzar respuestas alternativas deseables (si esta última no existe en el repertorio de conductas del niño, deberemos asimismo aplicar la enseñanza de habilidades sociales).


Para ello lo primero que haremos será identificar los antecedentes (que nos dirán cómo el niño tolera la frustración, qué situaciones frustrantes soporta menos) y las consecuencias de dicho comportamiento (que nos dirán qué gana el niño con la conducta agresiva). Por ejemplo:


" Una niña en un parque quiere bajar por el tobogán pero otros niños se le cuelan. La niña se queja a sus papás los cuales le dicen que les empuje para que no se cuelen. La niña lleva a cabo la conducta que sus padres han explicado y la consecuencia es que ningún otro niño se le cuela y puede utilizar el tobogán tantas veces desee."


- Debemos reducir el contacto del niño con los modelos agresivos. Por el contrario, conviene suministrar al niño modelos de conducta no agresiva.


- Muéstrele a su hijo otras vías para solucionar los conflictos: el razonamiento, el diálogo, el establecimiento de unas normas. Si los niños ven que los adultos tratan de resolver los problemas de modo no agresivo, y con ello se obtienen unas consecuencias agradables, podrán imitar esta forma de actuar.


- Ademas, debeis entrenar el autocontrol con ayuda de la relajación.


- Reduzca los estímulos que provocan la conducta. Enseñe al niño a permanecer en calma ante una provocación.


- Recompense a su hijo cuando éste lleve a cabo un juego cooperativo y asertivo.

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